Herederos de una saga familiar de artesanos dedicados a la fiesta de las fallas nace esta empresa dedicada a ensalzar y complementar la indumentaria valenciana; así pues, Agustín y Amaia es la firma de una empresa dedicada a la elaboración de peinetas y aderezos de manera artesanal.
Nuestros dos oficios, La orfebrería y la Joyería, están ligados el uno con el otro, gracias a esa fusión hacemos verdaderas obras de arte.
El oficio de joyero consiste en diseñar y elaborar productos tales como brazaletes, anillos, pendientes, broches u otro tipo de complementos. Las materias primas que utilizamos en nuestro trabajo son fundamentalmente el latón y metales preciosos como oro o plata. Piedras y gemas de lo más variopintas dependiendo del color del traje de valenciana. Nuestro oficio es muy creativo por lo que se puede decir que cada uno imprime un estilo personal a las piezas convirtiéndolas en artículos únicos.
Existen diferentes técnicas de fabricación entre las que se encuentran el laminado, para la obtención de láminas delgadas de material, las aleaciones voluntarias y el vaciado a la cera perdida. En cuanto a las técnicas decorativas se pueden mencionar la filigrana que consiste en hacer finos hilos de metal precioso, el embutido para lo que se emplea los cinceles y embutidores para dar forma a las piezas. El segueteado para recortar las piezas, el engastado para sujetar las piedras al metal, entre otras.
La orfebrería es el arte de labrar objetos, ya sean adornos o utensilios, de metales preciosos o de aleaciones de ellos. El orfebre suele trabajar con oro, plata y todo tipo de metales para desarrollar sus obras. Dedicación y mucha paciencia para volver a empezar una cosa cuando no te sale. También hay que saber de dibujo y diseño, sin olvidarse de los metales. El orfebre es quizás el único que hoy trabaja como se hacía antes, de manera totalmente artesanal. Todo es posible, en la orfebrería nada es imposible. Para dedicarse a la orfebrería primero tienes que haber aprendido de joyería y luego seguir aprendiendo varios años. Una joya, es para siempre, pero no hay que ser tan tajante ya que a veces las cosas, por muy duraderas que parezcan, se pueden deteriorar. Lo que está claro es que si haces una cosa con un metal determinado la durabilidad puede ser mayor, aunque nunca infinita.
Agustín y Amaia es un matrimonio con una tienda-taller ubicada en Algemesí, en un emblemático edificio, situado en la calle Molinet nº26.
Hacemos todo tipo de artículos en metal relacionados con el mundo de las fallas como collares, insignias, dijes, relicarios, cajas para la ceniza de la falla, tocados de novia, apliques de abanico, etc.
Agustín Puchades es un orfebre nacido en el mundo fallero, ya que su familia se dedica a la elaboración de manteletas desde 1949 (Hijas de Carmen Esteve). Agustín se instaló como cincelador en 1995, no solo se dedica a hacer reproducciones de dibujos antiguos, sino que además, en su taller hay un sin fin de dibujos y ornamentos que iluminan a todas las falleras.
Agustín estudió dos años en el Gremio de Joyeros, Relojeros y Plateros, donde realizó estudios en grabado y engaste de piedras. También estudio en la escuela de artes y oficios y después se marchó a Córdoba para continuar estudiando en la escuela de artes y oficios en la especialidad de metalistería durante tres años, mientras realizaba un curso de especialidad en orfebrería. Trabajó también en el taller de Don Francisco Díaz Roncero y en el taller de Don Ángel Trujillo donde conoció a Amaia y luego vino a Algemesí a montar su propio taller que comparte con su mujer.
Amaia Morillas es joyera, el oficio también le viene de tradición familiar, en sus juegos de pequeña siempre había alicates de por medio y se dedicaba a montar y desmontarlo todo. Ha pasado de hacer una joyería moderna a hacer una joyería regional y tradicional, una joyería como dice ella “con mucha historia” pues dependiendo de la época se lleva una cosa u otra.
Amaia se formó en Idima – Instituto de Diseño de Córdoba – durante dos años, donde aprendió Gemología, modelaje e historia del arte y sacado de fuego. Al terminar trabajó, durante tres años, en el taller de Don Ángel Trujillo para aprender a engastar piedras y en el taller de la Familia Natera donde realizaba piezas de Joyería. Luego empezó a ejercer la profesión en Joyería Yosu, el taller de la joyería familiar que tenía en San Sebastián, hasta que se casó con Agustín y vino a Algemesí a montar juntos su propio taller, en el que se dedica sobre todo a la realización de piezas de fallera.
Preparamos aderezos del siglo XVIII, con cristales de Swarosky y piedra fina y aderezos del s. XIX como los de el racimo, el balcón y el de la virgen. También tocamos huertana, danzas, festeras, etc. y reproducciones antiguas como el jarronet, girandolas, el barquillo, el del lazo, el de a uno, las polca, etc. todo ello con perlas, ya sean sintéticas o finas y piedras de todo tipo.
El capricho de cualquier fallera mayor es tener piezas exclusivas y es en el taller de Agustín y Amaia donde podemos hacerte todo lo que imagines. Podemos personalizar la peineta con todo tipo de dibujos, como, el dibujo del traje, el dibujo de las manteletas, la insignia de la falla, etc. y te las podemos terminar caladas o sin calar. Trabajamos todos los metales, el oro, la plata y el latón.
Somos un equipo joven y eso se nota en las ganas de experimentar y escuchar, por hacer cosas nuevas sobre todo en la indumentaria del siglo XVIII, ya que es más innovador y da más juego, admite más combinaciones de color y diferentes formas y terminaciones. Pero cualquier sugerencia de la clienta la ponemos en práctica, porque cada persona es única y especial.
En el taller de Agustín y Amaia todo le quedará como un guante, solo tiene que pedirnos lo que desee.